sábado, 10 de septiembre de 2011

Eres el camino a ninguna parte en el que llevo cuatro años.




En fin, después de días pensando y tranquilizándome a mí misma aquí me encuentro, frente a este teclado y esta pantalla de nuevo intentando poner algo de orden en todo esto...
Nunca pensé llegar a esto. Te has portado y te estás portando como nunca imaginé...Si al menos tuvieras valor, me darias un porqué, me explicarías, me harías entenderte, como has hecho otras veces que te ha interesado. Pero no, para tí es mucho más fácil esconderte, reírte delante de los demás de todo, ponerme en evidencia, dejarme como una loca ante todos. Eres un cobarde y no tienes otro nombre.
El único problema ahora es, soy, yo, que sigo aquí y no se por qué, que recuerdo y no se el qué, que siento y no se hacia quién. Que siguen pesando más los momentos que me han hecho tocar el cielo con un dedo que aquellos que me han metido bajo tierra. Que cuando una lágrima asoma, una imagen lo cambia todo.
De verdad, no me merezco esto. No me merezco que no me dediques ni una mirada, no me merezco que hables de mí como hablas. Llegas a hacerme sentir culpable de algo que se que no he hecho. Llegas a hacerme sentir una auténtica basura. Me consumes.
Y ahora estás lejos, muy lejos, mucho más que todos estos años y no sólo es una distancia física, sé que estás lejos, te siento muy muy lejos.
No entiendo nada, me he convertido en otra persona, no me importan muchas cosas que antes me ocupaban todo el tiempo, no quiero dar explicaciones a nadie no quiero nada. Me has absorbido tanto que ahora sólo quiero un mundo mío.




No hay comentarios:

Publicar un comentario